domingo, 12 de octubre de 2008

La superstición y el método científico [editar]

Imagine que una tribu remota llama a una de estas dos formas buba y a la otra kikí; trate de adivinar cuál es cuál y consulte al final de este artículo (en la sección de notas) para valorar su respuesta[1]
Las supersticiones, no fundamentadas o asentadas de manera irracional en el ser humano, pueden estar basadas en tradiciones populares, normalmente relacionadas con el pensamiento mágico. El supersticioso cree que ciertas acciones (voluntarias o no) tales como rezos, ensalmos, conjuros, hechizos, maldiciones u otros rituales, pueden influir de manera trascendental en su vida.
Se consideran supersticiones aquellas disciplinas que la comunidad científica llama pseudociencias, tales como:
el curanderismo
la magia
la adivinación
la astrología
la quiromancia
la cartomancia
el tarot
la geomancia
el feng-shui
el espiritismo.
Lo que distingue a las supersticiones de la sabiduría y el sentido común es que se afirma una relación causal entre los acontecimientos debido a fuerzas supranormales:
destino,
poder invisible de los astros,
poder invisible de los ritos mágicos,
poder invisible de los espíritus, etc.
Esta manera de proceder es contraria a la razón, que analiza las relaciones desde las causas inmediatas e intenta descubrir las leyes naturales que rigen las proporciones (o que, sin encontrar relaciones causa-efecto, explica los fenómenos a través de correlaciones, es decir, a través de la frecuencia en la que dos eventos se presentan simultáneamente).
Con el pensamiento de la ciencia moderna, algunas de las pseudociencias dieron paso al nacimiento de ciencias. Es el caso de la astrología de la que surgió la astronomía, de la alquimia surgió la química, etc.
En el pensamiento mágico y la magia se considera posible producir resultados que a la razón resultan contrarios a las leyes naturales conocidas valiéndose de ciertos rituales, en los que intervienen entes considerados en dicha creencia.

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